Por Ursula Kessler
Pareciera como si
la historia continuara, pero al revés. Las mujeres estamos aprendiendo “muy
bien” para nuestro mal.
Viendo estas
imagines me imagino que la escena podría ser que se pare una mujer diciendo: “Tu
mujer, si tú, tú no puedes permitirte eso, actuar igual como un varón. Tu
mujer, aunque no sabes lo que es ser mujer, debes de alejarte de las actitudes
varoniles. Si entiendo que tu miedo está tan grande, que salga la violencia.
Pero esta no te pertenece y no es la respuesta digna que –además- en el fondo ni
quieres dar. Entiendo que después tantos milenios anhelas que te escuchen, que
te entienden, que te respeten. Si, si, entiendo todo esto pero no te debes
permitir caer en esta trampa que también forma parte de este mundo masculino,
que te portas como él. Así le das como
más “derecho” seguir actuando intentando de ocupar tu sitio. No, mujer, tú no puedes
ni debes permitirte esto. Vete conmigo. Te voy a escuchar y seguramente por las
experiencias que he tenido te voy a entender y así –seguramente- te voy a
poder ayudar de salir de una situación que es tan indigna para ti.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario