martes, 30 de diciembre de 2014

MARTINE, LA MUJER QUE LLEGO DEL FUTURO

Noticia enviada por Cristiani Ferraz

De el el diario español El Pais, hemos recogido esta noticia, que creemos puede ser de interes general. Creemos que tiene cierta similitud con la pelicula Her.

Martine, la mujer que llegó del futuro
Durante 40 años, Martine Rothblatt fue hombre. Hoy es la ejecutiva mejor pagada de Estados Unidos y aspira a a la vida eterna gracias a la Inteligencia Artificial.

Siempre que Martine Rothblatt atisba alguna posibilidad de perder, redobla sus apuestas. Porque, según ella, cuando uno se empeña en arriesgar, ganar es algo casi seguro. Está acostumbrada a vencer obstáculos sociales y económicos, sentimentales y biológicos y ahora, ya encarrilada en el triunfo, se ha propuesto superar a Dios. Esta mujer estadounidense de huesos y cabello largos es una exitosa empresaria farmacéutica, ex emprendedora de las telecomunicaciones, abogada especializada en legislación espacial, doctora en Ética de la Medicina, filósofa existencialista, escritora, jerarca de su propia religión, promotora de la Inteligencia Artificial y multimillonaria. Tiene casi 60 años, pero es mujer sólo desde hace 20.
Se llamaba Martin y fue un chico que creció en un barrio obrero de San Diego (California). Los miembros de su familia eran los únicos judíos en una zona donde la mayoría de los vecinos eran de origen hispano. Por algo como esto y haber sido un lector compulsivo de ciencia ficción y por haber abandonado la prestigiosa UCLA y por decidirse a ser un emprendedor aventurero, entre muchas otras cosas, en todo momento ha estado consciente de que es “un ser diferente”, una característica que representa “muchas ventajas.”
Una noche de 1979 conoció en una discoteca a una chica afroamericana, Bina Aspen, y no descansó hasta conquistarla. Martin y Bina se casaron (ella se convirtió al judaísmo) y, con el paso del tiempo, se convirtieron en unos padres orgullosos de cuatro hijos. Él trabajaba en un bufete de abogados, con gran reputación y muy buen sueldo y, sin embargo, no estaba dispuesto a pasar el resto de su vida entre su despacho y los juzgados. No es que tuviese claustrofobia, pero le apetecía más otro tipo de espacio. Pensó que si los mares y las tierras ya tenían reglas de explotación bien definidas, el espacio exterior, en cambio, tenía un potencial comercial que había que aprovechar. Eran los años ochenta del siglo pasado, Martin se esforzó por convertir la comunicación satelital en un gran negocio y llegó a encabezar importantes compañías del sector, GeoStar y PaAmSat, y a desarrollar la radio satelital con WorldSpace y Sirius. Pero su vida personal y profesional lo llevaría a otra órbita.

Bina y Martine durante una entrevista televisiva.

 Cierto día, Bina le confesó a Martin que se había enamorado de una mujer. “No sé por qué no lo había asumido hasta ahora, pero soy lesbiana”, le dijo. Martin no podía creerlo y, sobre todo, no podía resignarse a perder al amor de su vida. Recordó entonces que, cuando era adolescente, había ocasiones en que deseaba con todas sus fuerzas ser una mujer. No le gustaban los hombres. Quería tener el cuerpo de una mujer y tener como pareja a una mujer. ¿Y si cambiaba de sexo? ¿Y si gracias a ello lograba reconquistar a Bina? Pero… ¿cómo se lo tomarían sus hijos? ¿Y el resto de su familia? ¿Y sus amigos y conocidos? Comenzó a hormonarse y a ir al psicoterapeuta y en 1994 se realizó la operación de cambio de sexo. Al comenzar a vestirse de mujer, varios de sus vecinos dejaron de hablarle y sus hijos eran objeto de burlas en el colegio. No obstante, Martin, que ya era Martine, se ganó una vez más el amor de Bina.
Pero el destino traería más inconvenientes y, al mismo tiempo, más oportunidades. Después de varias pruebas y análisis, los médicos les dijeron a Martin y a Bina que su pequeña hija Jenesis padecía Hipertensión Pulmonar y que, desde su punto de vista, a la niña le quedaban tan sólo unos meses de vida, pues se trababa de una enfermedad incurable. La impotencia que sentía la pareja se acrecentaba cuando a Jenesis le faltaba el aire, se le dificultaba caminar, los labios se le volvían azules y, en algunos momentos, no podía hablar. ¿De verdad no había cura para esta enfermedad? “Las farmacéuticas no invierten en ello porque se trata de una enfermedad rara y, como no afecta a muchas personas, no ven la posibilidad de hacer negocio”, les explicó un doctor.
Martine Rothblatt utilizó todos sus recursos económicos y contactos para encontrar una cura. Solicitó propuestas de investigación y ofreció becas. Fundó United Therapeutics, una empresa biotecnológica centrada en la investigación, desarrollo y venta de medicamentos para personas con enfermedades crónicas, cardiovasculares y cáncer y en donde, en estos días, afinan el modo de trasplantar órganos de cerdos a humanos. Al principio, un grupo de expertos logró controlar la enfermedad de Jenesis con un cóctel de siete pastillas, pero la pequeña sufría algunos desmayos. La estabilización llegó después, con una bombilla intravenosa que disminuye la presión arterial pulmonar y evita infecciones. Jenesis tiene ahora 30 años y trabaja en la empresa de su madre. Su enfermedad sigue siendo incurable, pero su esperanza de vida no deja de aumentar.
De forma paralela, esta “ejecutiva con senos de adolescente”, como ella misma se describe, no dejaba de reflexionar sobre su “proceso trans.” En 1995 publicó un manifiesto titulado El apartheid del sexo: “los genitales son tan irrelevantes para el papel de uno en la sociedad como el tono de piel. Por lo tanto, dividir a las personas en hombres y mujeres es tan equivocado como dividirlos en blancos y negros”, afirmaba. Y proponía utilizar Pn., como abreviatura de persona, en lugar de Mr. o Ms. (señor o señora). Y en lugar de catalogar como “transgénero” a alguien como ella, sugería utilizar el concepto “transhumanista.”



También comenzó a interesarse por la Inteligencia Artificial pues, desde su punto de vista, en ella reside la clave para que los seres humanos prolonguemos nuestra vida de manera indefinida. ¿Qué tal si cada uno tuviera un robot a su imagen y semejanza, física pero también espiritual? ¿Quién dijo que las máquinas no pueden tener conciencia? En su Terasem Movement Foundation han creado ya un robot “igual” a Bina. Se llama Bina48 y, después de muchas entrevistas a la Bina de carne y hueso, ha adquirido varias de las “características espirituales”, según Martine. Reconoce la voz de familiares y amigos y “tiene sentimientos hacia ellos.” Todavía le falta mucho para llegar a ser como su esposa, pero cuando lo logre, “Bina jamás morirá. Quizá enterremos a la de carne y hueso, pero jamás al robot”, dice con naturalidad cuando le piden explicar su proyecto.
Pero Terasem es, además, una religión “futurista” que promueve “el respeto a la diversidad, sin sacrificar la unidad.” Cree que el ser humano no es el límite, sino el punto de partida para ir a más. Dice su doctrina: “la vida tiene un propósito; la muerte es opcional; Dios es tecnológico; el amor es esencial.” Por lo pronto tiene 50 seguidores (empleados suyos) y cuatro “templos” (residencias para reunirse una vez al mes y meditar).
En 2013, las acciones de United Therapeutics subieron gracias a que recibió la autorización para comercializar un nuevo medicamento contra Hipertensión Pulmonar en el que llevaban trabajando más de una década. El sueldo anual de la señora a la que sus cuatro hijos siguen llamando papá y sus cuatro nietos le dicen GranMartine, pasó a ser de 38 millones de dólares y se convirtió en la mujer mejor pagada de Estados Unidos (por encima de Marissa Mayer, de Yahoo!, que en ese mismo año cobró 25 millones de dólares). “No puedo decir que lo que he conseguido es equivalente a lo que una mujer ha logrado, ya que en la primera mitad de mi vida yo era varón”, le dijo en un extenso reportaje de portada en septiembre pasado a New York Magazine. La multimillonaria, singular y exitosa Martine tiene casi 60 años y no piensa en su jubilación. Porque aspira a la vida eterna.

lunes, 1 de diciembre de 2014

ABUSO SEXUAL




Si ud. pertenece a la cultura occidental judeo-cristiana, es mujer, devota y creyente,  de 87 años de edad, es casada ante Dios,  con hijos grandes,  y ha cumplido con todo lo que se esperaba de ud. como perfecta esposa, madre y señora de la casa impecable, comparte su vida con su marido que hace 10 años está felizmente anciano en su cama con una lumbalgia y una diabetes y otras enfermedades de época... y contrata un/una terapeuta  para atenderse a ud. y su marido y todo va bien... tan bien, que su marido recupera el vigor sexual y la vitalidad y ya no tiene más lumbalgia y casi no tiene ya la diabetes... puede suceder que tenga que pedir ayuda.....


Un caso más de abuso sexual hacia la mujer en la intimidad del hogar. Hace años que se lo comenta a varios médicos en distintas oportunidades. La respuesta de los facultativos ha sido recetarle un ansiolítico para aminorar el deseo sexual del esposo y no más preguntas....”Siempre ha sido así, desde que nos casamos... todos los días... me parece demasiado y ahora ya no aguanto”





En la cultura de la violación esta forma doméstica también la tenemos que tener muy en cuenta. Leyendo las definiciones puede inferirse que varias mujeres y de formacrónica y repetida han estado siendo abusadas sin consentimiento (sic), con lo que ello supone para la salud, siendo ésto no considerado ni delito, ni ilegal, ni mucho menos alarmante.

 El acoso sexual es la manifestación de una serie de conductas compulsivas de solicitud de favores sexuales dirigidas a una persona en contra de su consentimiento. Esta acción puede perjudicar a personas de ambos sexos. Los principales acosadores son hombres que ejercen este tipo de comportamiento en ambientes laborales, académicos, estudiantiles e incluso familiares. En muchos países está considerado un acto delictivo, que es sancionado en función de su gravedad y que puede llevar a la privación de libertad del acosador.

De hecho, algunos psicólogos y trabajadores sociales opinan que el acoso sexualsevero o crónico puede tener los mismos efectos psicológicos en las víctimas que la violación o la agresión sexual.(*)

Una forma de violencia
El acoso sexual comporta una serie de insinuaciones sexuales, verbales, físicas o de otro tipo, repetidas y no deseadas que ofenden a la persona involucrada y le provocan una sensación de sentirse amenazada, humillada, denigrada, desvalorizada y, por qué no, hasta aterrorizada.
Es, sin embargo, un nuevo nombre para un problema que, ciertamente, no es nuevo. Conlleva una demostración y manifestación de poder con el cual se intimida, coacciona y amenaza a otra persona, que comienza a sentirse a merced del acosador, que no tiene escapatoria, que siente vergüenza por lo que le está ocurriendo y que no sabe a quién confiarle su secreto. O simplemente sabe que no vale la pena provocar tamaño alboroto y que se las acuse de "odiar a los hombres", "ser castradora", "buscona" o, en el mejor de los casos, "ingrata". 
Esto lleva a que las víctimas del acoso sexual sufran de: tensión nerviosa, stress, irritabilidad, ansiedad, baja en la autoestimadolores inespecíficos generalizadosetc., las cuales, a menudo pueden dar lugar a una depresión, insomnio y otros problemas como fuertes jaquecas y migrañas, trastornos cutáneos, problemas digestivos, etc. 
El acoso sexual provoca, como vemos, múltiples y variadas secuelas, tanto a nivel psicológico como fisiológico. (1)
Abuso sexual
Es un acto que pretende dominar, poseer, cosificar a la persona a través de la sexualidad. Unas veces el agresor actúa desde la violencia explícita hacia la víctima, que se siente impotente, desprotegida, humillada. Otras veces, se vale de la confianza en él depositados para desde la cercanía de una relación afectiva, romper los límites de la intimidad e introducir elementos eróticos ....(etc) (2)

martes, 11 de noviembre de 2014

MUJERES QUE PREFIEREN DORMIR

Noticia enviada por Maritza Fragela



Aunque hay diferencias, en ciertos países hasta el 70% de las féminas anteponen una noche de sueño a una de buen sexo
Un estudio reveló ayer que entre el 60% y el 70% de las mujeres de Estados Unidos, Reino Unido y China se consideran satisfechas con su vida sexual pero prefieren una noche de sueño reparador antes que una noche de buen sexo.
En Brasil, sin embargo, solo el 32% de las mujeres elegiría esta opción, según la investigación hecha por la compañía de relaciones públicas y marketing estadounidense FleishmanHillard.
Ese dato contrasta con las preferencias de las chinas, que en 70% prefieren dormir antes que tener sexo, las británicas (68%) y las estadounidenses (60%).
Además, el estudio revela que, si a las estadounidenses y británicas se les da la opción de prescindir del sexo o de la tecnología durante tres meses, la mayoría preferiría dejar a un lado su vida sexual.
Otras preferencias sobre la riqueza o la calidad de vida se revelan en este estudio, titulado “Mujeres, poder & dinero” y basado en 4.300 entrevistas realizadas en agosto de 2014 en cuatro países: Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y China.
Al ser preguntadas sobre su definición de éxito, las mujeres citan con más frecuencia la seguridad financiera, la familia y la felicidad, antes que la riqueza, el lujo o ser un ejecutivo brillante.
Entre las opciones de sexo, poder o dinero, el 80% de las mujeres prefiere disponer de dinero para asegurar el futuro de su familia y, especialmente, conseguir que sus hijos vayan a la universidad.
El estudio también revela que aproximadamente el 90% de las mujeres prefiere vivir 10 años con una buena calidad de vida que 20 sin disfrutar de plena autonomía.
Sin embargo, curiosamente, la percepción de la edad varía según los países.
De media, las británicas, estadounidenses y brasileñas creen que la “vejez” comienza a los 70 años, mientras que en China empieza a los 59 años para las mujeres y a los 60, para los hombres.
Además, cada vez más, el deseo de privacidad en redes sociales entre las mujeres supera al del deseo de compartir sus experiencias en internet.
Dos tercios de las británicas y estadounidenses y el 80% de las brasileñas han tomado medidas específicas para proteger su privacidad en la red.
De hecho, en Reino Unido, Estados Unidos y China, un tercio de las mujeres prestan cada vez más atención a qué comparten en las redes sociales, un hábito que en Brasil han adoptado el 61% de las féminas.
La mitad de las mujeres que participaron en el estudio, de edades comprendidas entre los 21 y los 70 años, dijeron haber experimentado avances socioeconómicos en su vida, mientras que 10% de las entrevistadas afirmaron que su estatus social se ha rebajado.

miércoles, 22 de octubre de 2014

Todo lo que sabías sobre el orgasmo femenino se tambalea

    Extraido de El País por Inspiración Femenina

Como podemos ver, se sabe muy poco sobre la sexualidad femenina. Unos opinan una cosa, otros opinan otra… quizás es que no se han planteado que las mujeres respondemos de maneras diferentes a los distintos estímulos, lo que le vale a una, a la otra no le vale. En todo caso celebramos que la sexualidad femenina deje de ser un tabú para la sociedad y que las mujeres nos dediquemos a descubrir, sin ninguna vergüenza, qué es lo que nos produce placer; así mismo que cuando algo no nos produzca placer, poder expresarlo también.

Aqui les dejamos el articulo:


Un nuevo y controvertido estudio redefine la fisiología del orgasmo, mientras aparece un nuevo aparato que hace las veces de entrenador personal para llegar antes y mejor al clímax.

cover
Una escena de la serie 'Masters of sex'.
Foto: Everett Collection
Etiquetas:
Si hay algo fascinante en torno a la sexualidad de la mujer, es el hecho de que todavía se trata de un vasto territorio que explorar, como el cerebro o el mundo antes de que se descubriera América. Muchos intuían que había una nueva ruta a las Indias y existían indicios de una zona cerebral inexplorada, aunque nadie había llegado nunca hasta allí.Con el orgasmo femenino y cómo viajar hasta él, existen también bastantes misterios sin resolver: el punto G, la mayor o menor sensibilidad de la zona vaginal –esa cueva de Alí Babá llena de sombras y tesoros–, o el nuevo concepto de complejo clítoris-uretro-vaginal. Ideas que se revisan constantemente, desde los tiempos en los que las mujeres teníamos la incapacidad innata para disfrutar del sexo hasta hoy, en los que continúa el debate sobre si hay dos tipos de orgasmos femeninos o uno solo.

Las últimas noticias al respecto han llegado hace muy pocos días, merced a un estudiollevado a cabo por dos investigadores italianos, (padre e hija) Vincenzo y Giulia Puppo, publicado en el Clinical Anatomy Review bajo el título de Anatomy and physiology of the clítorisvestibular bulbs and labia minora with a review of the female orgasmand the prevention of female sexual dysfunction. En él, los Puppo echan por tierra algunos conceptos y proponen una nueva terminología para designar ciertas partes de la anatomía femenina. Ante tal desconcierto sabemos ya que no deberemos recriminarle a ninguno de nuestros amantes su poca experiencia o conocimiento del cuerpo de la mujer. Sería exigirles más que a los propios expertos.

Vincenzo, del Centro Italiano de Sexología de Bolonia, y Giulia, bióloga de la Universidad de Florencia, sostienen, entre otras cosas, que el orgasmo vaginal es una falacia, lo mismo que el punto G. En cuanto al clítoris, que según ellos proponen debería pasar a llamarse “pene femenino”, Vincenzo sentencia que “el clítoris interno no existe, es en su totalidad un órgano externo compuesto de glande, cuerpo y raíces, que están escondidas”. La vagina no juega, para estos expertos, ningún papel en la fisiología del clímax, ya que está desconectada del clítoris, única zona en la que reside el placer, por lo que conceptos como el orgasmo vaginal o el punto G son contraproducentes, porque puede hacer que muchas mujeres se sientan frustradas al no conseguirlos o localizarlos. Las áreas que se ponen erectas, cuando se estimulan durante el sexo, deberían dejar de llamarse ‘complejo clitoral’ para pasar a denominarse ‘pene femenino’, escriben en su extenso estudio. Los Puppo tampoco creen en una zona que está empezando a ser investigada por los expertos por su importante implicación en el mecanismo del placer y del desenlace del orgasmo y que se denomina complejo clítoris-uretro-vaginal, ni, por supuesto, en la eyaculación femenina.

Las criticas a esta nueva concepción de la sexualidad de la mujer no se han hecho esperar. Barry R. Komisaruk, profesor de psicología de la Rutgers University, en Newark, New Jersey, ha declarado a Reuters Health que “Puppo es ignorante o descarta la evidencia que muestra que aplicando cierta presión al clítoris, la vagina o el cérvix se activan diferentes áreas del córtex sensorial. Mujeres con lesiones en la espina dorsal y que no tienen sensaciones en la zona del clítoris pueden sentir en partes de la vagina y el cérvix. Los Puppo refutan teorías ya admitidas sin hacer estudios o pruebas que desmientan las anteriores”, ha comentado este profesor.

En lo que algunos expertos sí se muestran más de acuerdo con la versión italiana es en la incapacidad de la ciencia para demostrar la existencia del escurridizo punto G. Amichai Kilchevsky, un urólogo de la Yale School of Medicine, en New Haven, Connecticut, comentó a Reuters al respecto, “no creo que haya muchos científicos que estén de acuerdo en que hay un punto G. No creo que haga ningún favor a ninguna mujer referirse a él como a un punto. Es probablemente un sistema de estructuras vasculares que tienen todo tipo de interacciones”.
Pero lo que si ha causado algo más de revuelo es la loca idea de llamar pene femenino al clítoris porque nos trasporta a la época de Freud, que calificó al único órgano diseñado exclusivamente para el placer en la raza humana como “pene inacabado”. “No veo ninguna razón para usar ese término y estoy bastante segura de que la mayoría de las mujeres y hombres norteamericanos estarán de acuerdo conmigo”, ha declarado Debra Herbenick, una científica e investigadora asociada en la Indiana University Blooming School of Public Health, al diario británico Daily Mail. “Imagino que los hombres interesados en las mujeres no querrán hablar sobre estimular el pene de sus parejas; y, por otra parte, a muchas mujeres no les gustará pensar en sí mismas como sujetos portadores de penes”, añade.

Francisca Molero, sexóloga, ginecóloga y directora del Institut Clinic de Sexología de Barcelona, reconoce que hay grandes lagunas respecto a la fisiología del placer y del orgasmo femenino. “Nos queda todavía mucho por saber y es muy difícil y arriesgado decir qué cosas existen y cuáles no, porque el hecho de que no se hayan descubierto no significa que no estén ahí. Yo creo que hay lo que se llama un complejo clítoris-uretro-vaginal que se activa con la respuesta sexual y que todavía se está estudiando su funcionamiento. Es cierto que, generalmente, la forma más rápida de que una mujer llegue al orgasmo es con la estimulación directa del clítoris, pero la vagina también cumple un papel y prueba de ello son las contracciones que en ella tienen lugar durante el orgasmo. Lo que sabíamos hasta ahora, y que ha confirmado el primer sonograma completo en 3D de un clítoris estimulado, es que éste no comprende sólo su parte externa, sino que se ramifica y que el orgasmo vaginal es una estimulación indirecta del clítoris. Además, de que muchas mujeres dicen haber localizado una zona específica en sus vaginas que despierta el placer, lo que podría estar relacionado con el punto G”. Molero ve con buenos ojos que se haya despertado este debate en torno a la genitalidad femenina y su función de cara al placer: “Espero que esto aumente la curiosidad por descubrir más cosas e investigar en el terreno de la respuesta sexual de la mujer”.

Mientras los científicos discuten sobre una materia tan dada al tratamiento filosófico como es la fisiología del placer –¿no han sentido ustedes que el cuerpo entero es una zona erógena cuando han estado motivados y con la persona indicada; mientras el clítoris se convierte en un pedazo de madera cuando no hay feeling?–, Lelo, la marca sueca de juguetes eróticos, prefiere ir al grano, lanzando al mercado Luna Smart Bead, un entrenador personal en forma de aparato especializado en poner a tono los músculos vaginales que, debidamente tonificados, aseguran relaciones más placenteras y aumentan la sensibilidad de las paredes de la vagina, mal que le pese a la familia Puppo. El dispositivo se introduce como si fuera un tampón y emite unas pequeñas descargas eléctricas que nos indican cuándo debemos contraer los músculos y cuándo relajarlos, pero lo bueno es que analiza el estado de nuestra zona pélvica y, con esos datos, elabora un programa de ejercicios personalizados y control de los resultados. No se me ocurre mejor invento para las que quieran empezar con la sana rutina de los ejercicios de Kegel o las que apuesten por la movilidad laboral, que tanto predica nuestro gobierno, y quieran ir a Tailandia a trabajar en un pussy show y lanzar pelotas de tenis con sus partes. En cualquier caso, imprescindible.

Como practicante que soy de la gimnasia erótica de Kegel, diré que tan importante como contraer es relajar y que el principal problema de las mujeres que no llegan al orgasmo es que no conjugan bien los verbos abandonarse, soltar o desconectar. Son, generalmente, controladoras aéreas que viven en sus cabezas, alejadas de sus cuerpos, y la nueva nomenclatura que proponen estos científicos italianos o empezar a llamar pene a su clítoris no creo que les sirva de gran ayuda. Como decía Valérie Tasso en su libro Antimanual de sexo (Temas de hoy), “un orgasmo no se tiene, se aprende a tenerlo. O mejor dicho, se aprende a ‘permitirse’ obtenerlo. Hay que instruirse no sólo en el conocimiento de la propia reacción sexual frente a determinados estímulos anatómicos (saber cómo es nuestro cuerpo y de qué forma nos procura placer), sino, sobre todo, hay que formarse en el difícil arte de dejarse llevar, de dejar que la decisión quede en manos de nuestra respuesta sexual y no de nuestras ‘razones’.Cuando la razón aparece, el orgasmo huye como los corderos del lobo. Cuando la razón toma la decisión, el orgasmo ya ha tomado la decisión antes”.

jueves, 4 de septiembre de 2014

Sobre el Punto G

Por: Manuel Contreras Domingo

No hay un «punto G», sino un conjunto de zonas
ABC / MADRID

Día 27/08/2014 - 01.52h

Un equipo de científicos italianos señala que el aparato reproductor completo sería el causante del mayor placer

Es la región a la que más trabajo cuesta llegar. La zona más difícil de encontrar. A medio camino entre si se trata de mito o realidad, el punto G siempre ha sido uno de los temas de debate sexual por excelencia. Su nacimiento data de 1950 cuando el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg propuso su existencia. Ahora, investigadores italianos de la Universidad Tor Vergata en Roma, han elaborado un estudio donde explican que la idea de un solo punto erógeno es demasiado simplista y sugieren otra alternativa.
El estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que el causante de que la mujer experimente un mayor placer sexual es el aparato reproductor al completo. Esto contrasta con las teorías expuestas en 1976, a través del estudio sobre la sexualidad femenina «The Hite Report on Female Sexuality», que sugería que el punto G podría localizarse en el clítoris, responsable de la mayoría de los orgasmos en las mujeres.
«La conjunción del clítoris, la uretra y la pared vaginal (CUV, lo llaman) estimulados adecuadamente durante la penetración podría inducir la respuesta orgásmica», dice Emmanuele A. Jannini, profesor de la universidad y director del estudio. «Sabemos que es algo mucho más complejo que un 'punto' fantasmagórico, aunque esto no acabará con el debate».
Las modernas técnicas de imagen, como las ecografías, han permitido a científicos y ginecólogos ver lo que ocurre con las diferentes áreas del sistema reproductivo durante la actividad sexual.

«La vagina es un tejido activo que debe ser respetado. Su dinámica y sus estructuras sensibles hacen que sea algo más complejo que un solo punto», apunta Jannini. «El conocimiento de su anatomía y fisiología puede ayudar a evitar daños en los genitales femeninos durante los procedimientos médicos y quirúrgicos».

Desde mi punto de vista, el bueno del doctor Grafenberg hizo lo que pudo, teniendo en cuenta la época en que vivió y el pensamiento imperante.
Ahora las cosas hay que empezar a mirarlas de otra manera, en función de lo que se sabe sobre el funcionamiento general del organismo.
Es cierto que los genitales están dotados de una importante red nerviosa, pero también que responden a estímulos hormonales, y que, en el cerebro, hormonas y neurotransmisores actúan conjuntamente. Los sentimientos son también esenciales para entender los cambios en los neurotransmisores y en las secreciones hormonales.
Tal vez sea algo limitante contemplar la excitación y los estímulos sexuales solo desde el punto de vista genital.
Hay mujeres que cuentan que han tenido orgasmos solamente mirando a su amante, e incluso, solamente al pensar en él.
Probablemente el punto G no existe. Pero probablemente hablar de la zona G es hablar de una mujer desde los pies a la cabeza. Sus sentimientos, sus emociones, sus hormonas sus neurotransmisores, responden como una sola función. Seria tiempo de comenzar a mirarlo así a ver qué cosas nuevas se descubren."

lunes, 30 de junio de 2014

La Trampa de la Sexualidad Igualitaria


Por: Inspiración Femenina




Uno de los temas en los cuales las mujeres terminamos perdiendo nuestra identidad, es en el de la igualdad. Esto ya lo hemos dicho en otras ocasiones e insistimos en ello: no queremos la igualdad, lo que en realidad queremos es la libertad. Libertad para poder pensar, decidir, y actuar de manera que nuestra esencia femenina se vea impulsada y enriquecida. Si pedimos igualdad, entonces estamos consiguiendo que nos den cosas que no se adaptan a nuestras necesidades, cosas que ya están hechas a medida de los hombres.
Uno de los temas en donde estamos consiguiendo igualdad –que no libertad- es en la sexualidad .
Hace unos meses, en el “Espacio del Ser” en esta misma pagina web, se publicó un articulo llamado: “Expresividad Sexual en Femenino”, en donde el doctor J.L Padilla, nos explicaba cómo la sexualidad femenina tiene muchos tintes masculinos, ya que, en un momento de la historia, su propio curso se vio truncado para adoptar el estilo de sexualidad que satisficiera más al varón. Nos decía que la mujer tenía que sentirse libre para poder expresar su sexualidad sin miedo. Una sexualidad que tiene que rescatar la belleza y la ternura.
Sin embargo, lo que está sucediendo en la sociedad actual está lejos de tomar ese rumbo. Las adolescentes en occidente, están adoptando un rol sexual mucho más masculino: muchas parejas sexuales a corta edad, encuentros casuales, actitudes sexuales explícitas para atraer al sexo opuesto… así, es casi imposible encontrar momentos de ternura, de belleza o delicadeza. Así, nos alejamos cada vez más de encontrar una forma de relacionarnos sexualmente que nos deje verdaderamente satisfechas.
Estas adolecentes piensan que son libres para expresar su sexualidad como mejor les parece, pero no se dan cuenta de que más que nunca están atrapadas por lo que los hombres quieren. Las mueve el miedo de quedarse solas, ya que existe mucha presión en la actualidad para ellas, y si no tienen sexo en el primer encuentro, el hombre las va a dejar por otra que sí lo haga –y hay muchas dispuestas a ello-.
Pero no sólo las adolecentes encuentran dificultades para expresar una sexualidad femenina. La revolución sexual y el invento de la píldora anticonceptiva ha cambiado la manera en que las mujeres nos relacionamos con nuestra sexualidad, y en vez de encontrar la libertad para poder expresarnos y vivirlo de una manera liberadora, nos hemos topado con que los hombres esperaban ciertas cosas de nosotras, y nosotras se lo tenemos que dar. Es decir, los hombres esperan de la mujer mayor apertura sexual en menos tiempo y con menos “trabajo”, y eso es lo que reciben, no vaya a ser que piensen que somos estrechas, frígidas o que tenemos algún problema sexual. Esto nos pone mucha presión a la hora de relacionarnos. Nos hace estar disponibles para cuando lo quiera el hombre.
No hay ninguna receta que nos diga cómo deben ser nuestras relaciones sexuales, todas somos diferentes y cada una necesitamos de distintas cosas. Lo único que es cierto es que todavía no encontramos cómo debe ser esa sexualidad expresada de manera femenina, pero todo este invento de la igualdad, lo único que está haciendo es alejarnos cada vez más de encontrarlo.
Al final, todo se resume en una palabra: miedo. Tenemos miedo de no ser aceptadas, miedo a no ser queridas, miedo a no ser las mejores en la cama y no poder retener al hombre a nuestro lado.
Perdamos el miedo a ser libres, a ser seres que se expresan desde sí mismas para enriquecer la vida. Si nos damos la oportunidad de indagar libremente en lo que como mujeres nos gusta, seremos capaces de entablar relaciones que tengan una oportunidad de florecer y de aportar felicidad.